21 de julio de 2010

Flores. . .

Pues no tienen razón al decir que un ramo de rosas es bello, que una orquídea es magnífica o un girasol cruelmente mutilado y envuelto en papel celofán es agradable, maravilloso y/o encantador. Tan absurdo como decir que la noche es perversa y tan insensato como navegar en plena tormenta entre atolones y rompientes.

Cuando veo una flor la admiro en su totalidad y en la genialidad de su entereza. A quien se le ocurre decir que solo la parte colorida es mejor? Acaso podrías querer a un par de ojos suspendidos de la nada? O a una nariz? Tal vez una pierna? Para ser sincero, se me antoja un pensamiento enfermizo e irritante… una flor en su rama, es comparable al sol sostenido en la bóveda celeste, es la obra maestra del Maestro.

Quien acaso se atreve a cortarle el pelo a la Giocondá o quitarle la corona a la Estatua de la Libertad? Quien es capaz pues de cambiar la melodía de Beethoven sustrayendo sus disonancias? Ninguna persona sana… en eso estamos de acuerdo.

Entonces deja de cercenar el arte carnicero! pues regalar un ramo de flores es como regalar un ramo de brazos amputados. Si quieres regalar algo verdaderamente hermoso, regala un jardín o al menos una sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario