3 de febrero de 2011

Caminar

Se oye el eco de pisadas mientras sale de la “cueva”
Agotado en la jornada va el robusto y laborioso compañero
Rubicundo y desgarbado lleva un hacha en su maleta
Lleva un casco en la cabeza y mucho polvo hay en su abrigo
Lleva horas hacinado en la oscura suciedad
Y aún son muchos compañeros los que deben trabajar
La caverna es para ellos una “cárcel” y su “hogar”
Ansioso está por ver el día aunque sólo sea el final
Anhelando una sonrisa esperando en el umbral

Un llamado de emergencia lo despierta del letargo
Ya no es suave su mirada e hizo a un lado su soñar
Va corriendo por la gruta perseguido por la angustia
Pesa más la turbación que la extensa oscuridad
Está perdido y no lo sabe, continúa esperanzado
Cuando llegue buscará si hay alguna solución
Vio la sangre caminando, acariciando y recubriendo
-Cual la sombra en el crepúsculo- a una silueta familiar

Con esfuerzo los levanta no son pocos desdichados
Los que alcanza sostener cuando vuelve la tragedia
Ahora el silencio… es dueño y amo del ambiente
Pues la gente si ha logrado alejarse del lugar
Oye el eco de pisadas mientras salen de la “cueva”
Ironía o heroísmo parecen ser trueque vulgar
Ansioso está por ver el día aunque sólo sea el final
Anhelando una sonrisa esperando en el umbral…

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