Cuando todo parece tranquilo no parecemos notarlo. No se nota cuando estamos llenos de ira. Lo invocamos bajo la sombra del idilio y es pretexto para la guerra. El amor es la gran excusa ética y moral para cualquier proceder y pensamiento, ya sea por ausencia o abundancia, se ha vuelto una mercancía más en un mundo de trueque vulgar.
No conforme con este flagelo, se le conserva cómo puro y prístino, pero no es ni la sombra de su verdadera forma. Millones de personas sacudidas por este monstruo amorfo e invisible pasan como fantasmas por el mundo sin conocerle. Un éxodo eterno a la tierra de los muertos. Escrito hace milenios, y conocido por la mayoría, el origen del caos fue una promesa de bienestar y anhelo de ser sublime, no obstante el camino que al hombre parece derecho le ha llevado a la muerte…
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