Alejamos por orgullo lo que ganamos por don
Es ese límite entre lo q es real y no. Lo podemos ver, pero jamás lo podremos oler , tocar, oir o probar...
Y a eso resumimos nuestra experiencia de infinito: Nos acostumbramos a ver, pero hemos dejado de observar
Y aún en medio de nuestra cegera, levantamos la vista buscando respuestas en un mar azul, salpicado de misterio blanco. Pero buscamos respuestas que podamos experimentar con los sentidos que nos indican justamente lo imposible: Nariz, boca, oidos o piel. Todo es insuficiente para vivenciar lo que buscamos.
Para buscar el cielo, no debemos preguntar “Dónde?”, sino “Cuándo?”, porque es al fin y al cabo nuestra decisión la que nos llevara allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario